Hoy quiero compartir con usted querido
cliente una fábula: Imagínese que va a escalar una montaña en una
expedición que está organizando y contrata un guía experto en la ruta a seguir,
le da consejos de alimentación a llevar, tipo de calzado, ropa técnica, entrenamiento
previo y día de salida, pero usted no hace caso de los consejos que su guía le
da para ascender a la cima, ni para realizar las paradas pertinentes.
¿No cree usted que estaría
perdiendo el tiempo y el dinero? ¿Cree usted que se daría cuenta de la
importancia de las palabras de su guía, cuando el solo trata de ahorrar tiempo y
mejorar la seguridad? Al final cuando usted esté perdido, acudirá a él, y él ya
le avisó de que esto ocurriría y quiso evitárselo. ¿Por qué no hacer caso de
los consejos de su guía desde el principio?
Estimado cliente, no es raro que
esta situación ocurra, a la hora de comercializar su vivienda. Ya sea porque decide
realizar esta labor usted mismo o porque ha decidido contar con uno o varios
agentes no preparados para dicha tarea. Pondremos como ejemplo dos formas de
comercializar su vivienda, la que los arriesgados eligen y es no contar con una
agencia especializada, mucho más lenta y en la cual se pierden oportunidades
por el camino y usted pierde dinero cada día que pasa y la que le propone una
agencia profesional, que garantiza un porcentaje de éxito en un periodo de
entre 6 y 9 meses.
La diferencia entre usted
particular y un profesional cualificado es muy amplia, el profesional se dedica
sólo y exclusivamente a la venta de su vivienda como trabajo, y usted en cambio
tiene que dedicarse a su trabajo o labores diarias y a su vez a la venta de su
vivienda. ¿Cuántas viviendas ha vendido usted por sí mismo a lo largo de su
vida?, ¿Cuántos acuerdos ha cerrado?, ¿Cuántos contratos ha redactado? Con esto
no quiero decir que sea imposible realizar la tarea, pero si que será duro y
pueden surgir muchos problemas en el camino, entorpeciendo el resultado final.
Porque no nos engañemos; cuando
alguien decide vender su propiedad, quiere venderla al mejor precio posible y
en el menor plazo de tiempo, nadie se cree la típica frase de “no tengo prisa”
puesto que si esto es verdad, no quiere vender, y si por el contrario sólo es
un decir, entonces estará perdiendo el tiempo, lo que conlleva una pérdida de dinero
(una propiedad que no se usa tiene gastos inherentes fijos) y un coste de
oportunidad, puesto que los fondos que podría tener libres tras la venta de su
vivienda, están bloqueados en ella mientras no se venda.
En ambos casos terminará
entendiendo que el mercado está vivo y fija el precio de venta. Sólo que, con
la segunda opción, la de contar con un profesional, será mucho más fácil todo y
con las garantías jurídicas pertinentes.
¿En qué consiste esta segunda
opción?, en trabajar con el consejo del agente, dejarle que valore su vivienda mediante
una tasación de mercado y publicitarla al precio que él le aconseje. Es un
hecho que en España sólo el 10% del mercado de vivienda se comercializa al
precio de salida y esto conlleva la perdida de oportunidades, puesto que los
compradores se fijan un tope de precio máximo con los impuestos incluidos y
filtran los resultados desde ese máximo.
Y es por eso que, cuando un
cliente vendedor acude a una agencia, debería elegir a su representante en la
venta, así como a su asesor para la misma, dos labores para las que no todo el
mundo se ha formado ni ha adquirido experiencia. Y aquí si que le aconsejamos
que menos, es más. Que quiero decir con ello, que cuando usted le entrega su
propiedad a siete agencias, como bien sabe, trabajamos a éxito, nada mas el hecho
de que haya otros agentes implicados en la venta, a quien más perjudica es a
sus intereses, puesto que la propiedad está sobre expuesta con el riesgo que
parecer desesperados por venderla. Y los consiguientes riesgos de que los agentes
no se impliquen en su venta, puesto que preferirán dar prioridad a las
propiedades de clientes que si confiaron en ellos como los únicos
interlocutores válidos en la venta de su vivienda.
Obtener conocimientos del mercado
no es una labor fácil, aunque lo parezca y menos si la propiedad tiene ciertas
singularidades no comparables, es para ello que es recomendable que usted acuda
al experto en la zona. Tampoco es tarea fácil encontrar a un agente a la vez
tenga conocimientos jurídicos a través de los cuales pueda revisar con
garantías su operación inmobiliaria y generar la confianza suficiente al
posible comprador.
Recuerde, un agente puede ser un
profesional de gran ayuda para la consecución de sus objetivos de venta. Valore
sus servicios como se merece y déjese asesorar, no deje que la fábula del
escalador se haga realidad.